Circunvideo del Algarrobo Abuelo
Una caminata alrededor de un arbol de 1200 años.
Conocí en Merlo, San Luis, un algarrobo. A ese algarrobo lo llamaban el algarrobo de los Agüero y hoy, después de que un poeta llamado Antonio Esteban Agüero, de esa familia seguramente, le escribiera una oda, Cantata del Abuelo Algarrobo lo llaman: Algarrobo Abuelo; con ese nombre aparece en los carteles y en las guías turísticas de Merlo. Es un algarrobo de 1200 años. Es imponente, grande, muy lindo. Majestuoso.
Ver eso es un encuentro. Intuyo que es como ver por primera vez el mar o el Himalaya. Claro que no es sólo verlo, es estar cerca, sentirlo, oírlo, olerlo y, si uno se anima, también tocarlo. Estar ahí es estar ante algo, es estar en algo, es que pase algo: pasa algo sensible en la sensibilidad y es difícil afirmar que la sensibilidad básica humana se limita a los llamados los cinco sentidos; porque hay algo ahí que es como estar frente al mar, o como estar frente a las montañas de la cordillera, o frente a una mujer hermosa, o en una plaza multitudinaria.
No diría una sexta sensación sentida por un sexto sentido, sino una enésima, o, mejor, algo innumerable, que no puede explicarse, como no puede explicarse lo que se siente en un orgasmo o una revolución, o el acontecimiento/encuentro que fuere.
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