BARRIADAS DE HUELVA (MATADERO-BARRIO OBRERO)
Con el título “Barriadas de Huelva” queremos mostrar imágenes de las distintas barriadas de la capital onubense, siempre que el espacio lo permita y, por supuesto, desde los exteriores.
Hemos decidido que este primer vuelo estelar esté dedicado a dos barriadas históricas y emblemáticas de Huelva, el Matadero y el Barrio Obrero, también llamado “Reina Victoria”.
Si observamos un callejero de la ciudad de Huelva, podemos comprobar que la barriada situada más al sur, frenada su expansión por la línea ferroviaria, es la barriada del Matadero.
Esta barriada presume de tener una rica historia.
Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando todo el entorno era llamado Barrio del Pozo Dulce, conocido popularmente como el Polvorín, por los almacenes de mineral de Riotinto, al que temían los vecinos como si tuvieran explosivos. Eran tiempos en los que el vecindario estaba compuesto por trabajadores eventuales de la compañía minera que no pudieron acceder a una vivienda del Barrio Obrero.
En 1896 se construyó el matadero municipal de reses, edificio neomudéjar realizado en ladrillo. Obra de Trinidad Gallego, resalta su fachada y su patio interior en forma de claustro. En la actualidad alberga la Escuela de Artes y Oficios León Ortega, nombre referido al famoso imaginero onubense. En ese momento, a la calle donde está situado ese edificio se le da el nombre de Vereda de Carne (hoy, avenida escultora Miss Whitney, escultora neoyorkina que realizó en la Punta del Sebo el “Monumento a la Fe Descubridora”).
El barrio toma nombre del edificio del matadero.
La historia de esta barriada está muy relacionada con el fútbol y la tauromaquia. En la misma se construyó el primer campo de fútbol del Recreativo de Huelva, El Velódromo, ubicado en las antiguas marismas del Titán.
Hubo una etapa en la que los jóvenes del barrio empezaron a sentir la llamada de la tauromaquia, improvisando tentaderos en sus corrales. En una de sus calles nació un torero de renombre, Antonio Borrero Chamaco. En 1948 se fundó la Tertulia Taurina Litri, claro referente de la barriada.
La llegada del Polo de Desarrollo Industrial (1964) contribuyó a que se realizaran nuevas construcciones para trabajadores.
El futuro de este barrio pasa por la realización de la nueva estación del AVE (en construcción) y el proyecto urbanístico del Ensanche Sur. De esta manera el Matadero mirará a la Ría.
La avenida de Guatemala sirve de frontera entre el Matadero y otro barrio emblemático, el Barrio Obrero.
El Barrio Obrero, también llamado “Barrio Reina Victoria”, en honor de la Reina Victoria I del Reino Unido, es un conjunto singular dentro de la configuración urbana de Huelva y testimonia una época de un pasado industrial con marcado acento británico. Éste es uno de los elementos del legado patrimonial anglosajón en la capital onubense, junto al Muelle de la Compañía Riotinto (popularmente conocido como Muelle del Tinto) y la Casa Colón, entonces Hotel Colón, así como diferentes hoteles y hospitales patrocinados por la compañía. Todo ello realizado por una floreciente burguesía basada en la economía minera.
Con idea de mejorar las condiciones de vida pero sobre todo para vigilar y adoctrinar a una masa de trabajadores dispersos por la ciudad, viviendo en condiciones paupérrimas, la Río Tinto Company Limited compró, con la ayuda de la familia alemana de los Claus, unas 8 hectáreas de terrenos en el llamado “Cerro de San Cristóbal” para proyectar la construcción de una ciudad jardín, tomando postulados de la primera ciudad jardín, Letchworth (Inglaterra), que surgió a finales del siglo XIX.
Los trabajos de construcción fueron encargados a los arquitectos municipales José María Pérez Carasa y Gonzalo Aguado, posteriormente se incorporó Morgan.
Este barrio se construyó en dos fases, entre 1916 y 1929. El resultado final es que cuenta con 274 viviendas distribuidas en 88 edificios, 71 de ellos de igual planta e independiente, en forma de “T”, de una sola altura y formado por 3 viviendas cada uno; otros 16 bloques, con nuevos elementos como doble altura, buhardillas y marquesinas cubiertas de madera, lo que permitió que ninguna fuera igual que otra; y la casa del guarda.
Con cubierta a dos aguas con teja plana y chimenea, fachadas enfoscadas encaladas, con detalles decorativos y con verjas de ladrillo con tonalidades blancas y amarillas, resume el tradicionalismo inglés pero mezclado con la arquitectura andaluza, neomudéjar y colonial, resultando un conjunto ecléctico con aires a las construcciones alemanas, austriacas y holandesas.
El conjunto está delimitado por un pequeño muro que recorre su perímetro, con un paseo de circunvalación, 9 calles paralelas con las que se cruzan otras dos y diversas plazas elípticas ajardinadas en las intersecciones.
Las Barriadas, los lugares donde nacemos, jugamos y morimos, constituyen una parte muy importante de nuestras vivencias y por eso cremos que debe de tener también un pequeño espacio en nuestro canal.