Descubriendo Murcia - Arquitectura ecléctica y modernista
En el trazado urbano de Murcia destacan una serie de edificios singulares de los estilos ecléctico y modernista. El Teatro Romea es el mejor representante de la arquitectura ecléctica y un referente de la cultura en la ciudad. Dentro del modernismo, encontramos la Casa Cerdá, edificio modernista del cual destacan las altas columnas jónicas de su fachada.
Modernista es la Casa Díaz Cassou, de principios del siglo XX y que cuenta con un precioso chaflán que une las dos fachadas. También el Mercado de Verónicas, principal plaza de abastos de la ciudad desde 1914. El edificio de Convalecencia, inaugurado como hospital y sede actual del rectorado universitario, completa esta selección.
Capítulo XIV: Modernismo I. Arte en la Región de Murcia
A raíz del esplendor de la industria y el comercio en la región, aparece una nueva sociedad burguesa a finales del siglo XIX y principios del XX que demandaban casas señoriales y construcciones destinadas a la educación de sus hijos o al ocio.
Bando de la huerta
Historia del Bando de la Huerta (1855--1988)
Martínez Tornel
Frutos Baeza
Emilio de los muebles
Bando de la Huerta 1944
Carroza de Algezares
Cartel Fiestas Bando de la huerta
José Alegría
Su origen se remonta a nada menos que 155 años, sin embargo, ha salido a la calle en unas 120 ocasiones, en cinco grandes etapas, con sus correspondientes interludios. En 1851, unos churubitos (señoritos) que se reunían en la botica de Rubio que abría sus puertas en la calle Vidrieros en San Antolín, acordaron darle vida al carnaval organizando unos festejos que serían el Entierro de la Sardina y el Bando de la Huerta.
Aquel grupo estaba integrado por el cura Miguel Ortega, el boticario Miguel Rubio Arróniz, el medico Juan Antonio Serrano Hernández y el estudiante y panochista Joaquín López, que se vería acompañado en futuros bandos por el ingenio de otros como Pedro Aceña, Juan Esbry o Ricardo López.
De lo expuesto puede apuntarse que, en realidad, El Bando nace como un pretexto para la diversión de gente acomodada, diversión en la que se caricaturizaban expresiones y costumbres de las gentes humildes de la huerta y donde no se regateaba en exageraciones e incluso burlas sobre el modo de hablar de aquellos que acudían a la ciudad a vender sus productos y realizar compras.
En la primera etapa, que va de 1851 a 1865, el desfile salía de la plaza de toros de San Agustín, en San Andrés; se celebraba por la mañana y estaba ligado al carnaval. Si bien tuvo un buen comienzo, poco a poco fue perdiendo fuerza y desapareció durante un periodo de diez años.
Etapa 1876 - 1879
Entre 1876 y 1879 se vuelve a recuperar, gracias al esfuerzo del periodista Martínez Tornel quien, tras no poco esfuerzo, consiguió recuperar la colaboración de Joaquín López o de Chacón.
Martínez Tornel criticaba entonces los numerosos bandos panochos que malos aficionados escribían, tildándolos de zafios, groseros y poco adaptados al dialecto murciano. En esta segunda etapa la burguesía cede algo más de protagonismo a los huertanos que, a su vez, aprovecharon la oportunidad para ironizar sobre las costumbres de la ciudad. A pesar de ello, los pregones panochos de Joaquín López y Juan Porrones, continuaron siendo los más populares.
La noche del 14 de octubre de 1879 se produjo la terrible riada de Santa Teresa con pérdidas terribles en vidas humanas (más de 700 muertos), en ganado (22.000 animales) y la destrucción de cientos de casas que dejaron sin hogar a miles de damnificados. Con semejante desastre gravitando sobre los ánimos y las vidas de todos, el Bando desapareció hasta caer prácticamente en el olvido durante veinte años. En 1899 surgió un conato de resucitar el festejo pensando en incluirlo nada menos que dentro de las celebraciones del Sábado Santo. Fue un intento fallido que, sin embargo, se anotó como éxito en su haber la Batalla de Flores.
Etapa 1900 - 1936
Abarca desde 1900 y alcanza hasta la Guerra Civil. Durante esta etapa el Bando no sólo consigue reaparecer sino que alcanza tal renombre que atraía incluso a gentes de otras localidades considerablemente alejadas como Cieza, Lorca o Cartagena. Fue entonces cuando se desvincularon Bando y Entierro, de la mano de impulsores diferentes, claro está.
Díaz Cassou o Frutos Baeza son los panochistas preferidos del público con unos bandos ingeniosos y de gran comicidad que hacían las delicias de la gente. Sobre el habla de la huerta murciana decía José Frutos, Pepiquio,:
'El habla huertana es dulce comoel panal de la miel cuando platica deamores a la moza con su querer... No eslenguaje de burdel, sino mezcla delsencillo romance de pura ley y delhabla vigorosa de aquel del puebloaragonés...matizado con mil nombresque dejó el árabe con él...'
Frutos Baeza era el presidente de la agrupación organizadora de El Bando; el escenario de su preparación, la confitería de Sanz, y el punto de partida para el desfile continuaba siendo la Plaza de San Agustín.