Cala Sant Vicenç...Mallorca
Paisaje único, cuatro calas de agua cristalina y cuevas prehistóricas llamadas l'Alzinaret, de obligada visita. Esto es Cala Sant Vicenç.
Cala Sant Vicenç ofrece una de las imágenes más características del municipio, el Cavall Bernat, una sierra dentada que por esta vertiente cuenta con unos acantilados de unos 300 metros de altura. Las excursiones por esta sierra ofrecen en igual proporción vistas inmejorables y un terreno escarpado que obliga en numerosas ocasiones a utilizar las manos y a realizar paradas de descanso.
A sus pies se puede observar un conjunto de cuatro calas de aguas cristalinas, como son Cala Barques, Cala Clara, Cala Molins y Cala Carbó. Pero la aparente tranquilidad de estas aguas esconde una gran cantidad de barcos hundidos de todas las épocas, desde los griegos hasta el siglo XX. Y es que no todos los marineros que han venido por esta zona sabían que cuando el viento viene del norte y hay mala mar, estas calas son un mal lugar para refugiar las naves, ya que se convierten en una trampa que arrastra los barcos hacia las rocas. En Cala Barques está precisamente la única rampa que se habilitó en este lugar para poder sacar los barcos del agua y protegerlos del temporal, así como un refugio para los marineros.
No se puede venir a Cala Sant Vicenç sin visitar las cuevas prehistóricas de l'Alzineret realizadas en torno al año 1600 a.C., en la Edad de Bronce Medio, también conocido como Pretalayótico. Se trata de una necrópolis formada por varias cuevas artificiales de las que puede apreciarse únicamente su morfología, ya que, tal como suele suceder a estas construcciones tan antiguas, han sufrido numerosos expolios que han provocado incluso la desaparición de varias de ellas. Así, de las catorce cuevas de las que se tenía conocimiento en 1887, hoy solo se conservan siete.
Estas cuevas, que se visitan siguiendo un camino que rodea el cerro en que se encuentran, presentan diversas tipologías: unas son de planta circular y techo abovedado, mientras otras presentan una estructura más complicada. Tal es el caso de la cueva conocida como 'Núm. 7 de Hemp', en honor al arqueólogo británico que hizo su inventario en 1927, Wilfrid Hemp. Esta cueva cuenta con restos de un patio frontal, una antecámara, una serie de rebajes destinados a colocar la losa de cierre del enterramiento y otros para colocar travesaños de madera que mantuviesen la losa en su lugar, una fosa central y estantes y bancos laterales, probablemente para colocar las ofrendas.
La historia más reciente
En todo caso, algunas de las características que se pueden observar en estas cuevas son restos de presencia moderna, como hoyos en el suelo realizado probablemente por contrabandistas, o agujeros en las paredes laterales por debajo de los estantes originales. Los expolios que han sufrido estas cuevas han dejado pocos restos de los enterramientos que aquí se producían. Sólo se han encontrado fragmentos de piezas de hueso conocidas como botones, que tienen unas perforaciones en forma de 'V', así como un ídolo bétilo (piedra cilíndrica considerada sagrada). Por otro lado, el moderno desarrollo de esta zona, que cuenta con varias ubanizaciones construidas ya en el siglo XX, está muy ligado a los pintores que encontraron en la Cala Sant Vicenç su lugar de inspiración y que en esa época hicieron de Pollença un lugar de encuentro de artistas de todo signo. De hecho, la Sierra del Cavall Bernat y Formentor son los dos lugares más reflejados en los cuadros de los artistas que han pasado por Pollença.
Port de Pollensa y Cala Sant Vicenç desde el Cavall Bernat
Cala Molins es una cala de arena y aguas cristalinas que forma parte, junto a Cala Carbó, Cala Clara y Cala Barques, del conjunto denominado Cala de Sant Vicenç. Se halla separada de Cala Clara por la Punta de la Torre, lugar en el que hubo una fortificación militar.
Digna de destacar por la tranquilidad y belleza del paisaje, ofrece una de las imágenes más características del municipio, el Cavall Bernat, una sierra dentada con acantilados de unos 300 metros de altura, a cuyo pie se encuentra un conjunto de calas de aguas cristalinas: Cala Barques, Cala Clara, Cala Molins y Cala Carbó. Cuenta con el conjunto de cuevas prehistóricas de l’Alzinaret pertenecientes a la Edad del Bronce mediterráneo. Estas aguas esconden una gran cantidad de barcos hundidos de todas las épocas.
Las excursiones por esta sierra ofrecen, en igual proporción, vistas inmejorables y un terreno escarpado que obliga en numerosas ocasiones a utilizar las manos y a realizar paradas de descanso.