CATEDRAL DE LUGO JUNIO 2012, PARTE 1
LA CATEDRAL está situad en la ciudad de Lugo en el interior de la muralla romana. Es de planta románica con elementos barrocos como la nave central de gran altura y de arcos ligeramente apuntados y con planta de cruz latina con tres naves, crucero y girola con cinco capillas absidales. Las capillas son la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes, la capilla de San Froilán, del Pilar y de Santa Lucía. Se comenzó a construir en el año 1129 y de esta primera etapa es la puerta norte precedida por un pórtico gótico plateresco y se finalizó en 1273. Fue diseñada por el maestro Raimundo de Monforte y dedicada a Santa María, llamada Virgen de los Ojos Grandes. Del periodo renacentista podemos citar el coro construido por Francisco de Moure a principios del siglo XVII cuya sillería está compuesta de 27 puestos en el nivel bajo y 37 en el nivel alto y el retablo de Cornelius de Holanda. La torre, el claustro y la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes son barrocos. La catedral tiene el privilegio papal de exposición permanente del Santísimo Sacramento que es sacado en procesión por lo que el cáliz y la hostia aparecen en el escudo de la ciudad. La catedral de Lugo y el Palacio Episcopal del siglo XVIII que está situado justo enfrente forman la Plaza de Santa María.
Poco se sabe del maestro Francisco José de Terán, el responsable de los retablos que presiden las dos catedrales lucenses: Lugo y Mondoñedo. Según las informaciones aportadas por varios expertos en patrimonio, la primera intervención la realizó en la seo mindoniense entre los años 1761 y 1763, como señala el deán y archivero, Enrique Cal Pardo. «Él era propiamente el pintor de la catedral de Astorga, y llegó a Mondoñedo porque el obispo le encargó el diseño del actual retablo del altar mayor», dice. «Tras acabar la obra volvió a Mondoñedo a dorar el retablo con panes de oro», añade, antes de comentar que Terán «se debía cotizar mucho», ya que cobró por esa operación «53.000 reales de la época».
Explica que cuando terminó los trabajos, Terán fue reclamado por la catedral astorgana, pero tres años más tarde regresó. En esta ocasión, como «maestro de arquitectura y pintura» de la capilla mayor de la Catedral de Lugo. La decoración de su bóveda se llevó a cabo entre 1766 y 1768, y dio lugar a un espectacular mural, que algunos definen como la «Capilla Sixtina» del barroco lucense.
Se carece de noticias de lo que pudo haber sido la primera iglesia de Lugo desde su temprana evangelización, posiblemente en el siglo I, hasta los tiempos del obispo Odoario, a mediados del siglo VIII.
Sabemos que este obispo, a quien evoca un acróstico medieval en una piedra colocada sobre la puerta interior oriental de acceso al templo, llevó a cabo la restauración del edificio entonces preexistente.
Por un diploma de Alfonso II, fechado el 27-III-832, conocido a través de una redacción posiblemente interpolada más tarde, sabemos que la catedral odoariana era un edificio de gran belleza, por lo que el Rey Casto lo adoptó como modelo para construir la catedral de Oviedo.
En el primer tercio del siglo XII el edificio se hallaba en unas condiciones tales que obligaron al obispo Pedro III con su cabildo y otras personas notables de la ciudad a concertar en 1129 con el maestro Raimundo la construcción de un nuevo templo conforme al estilo arquitectónico entonces imperante, el Románico.
La catedral actual es, por tanto, de estilo predominantemente románico; su construcción se inició en 1129 y finalizó en 1273. Fue diseñada por el maestro Raimundo de Monforte y dedicada a Santa María, en su advocación de la Virgen de los Ojos Grandes.
Una de sus joyas más destacadas es el retablo mayor, obra de Cornelis de Holanda, dañado a consecuencia del Terremoto de Lisboa de 1755. Tras ello se decidió dividirlo en varios fragmentos, los dos mayores de los cuales se encuentran actualmente en ambos extremos de la nave de crucero.
La catedral posee el privilegio papal de exposición permanente del Santísimo Sacramento, de ahí el cáliz y la hostia que aparecen en el escudo de la ciudad con la leyenda Hic hoc misterivm fidei firmiter prifitemvr (Creemos con fidelidad en este misterio), en referencia al misterio de la Eucaristía y que se trasladó al propio escudo de Galicia. Este hecho hace que se denomine a Lugo como la ciudad del Sacramento.
Restauradas pinturas en la catedral de Lugo Entre 1776 y 1778 el pintor barroco José de Terán, natural de Astorga, pintó una alegoría de la gloria en la bóveda de la capilla mayor de la catedral.