Las islas del sol y de la luna en el lago Titicaca, Bolivia
AUTORA
María Rosario Carrasco Patzi
DESCRIPCIÓN
Algunos historiadores apuntan a que grupos familiares provenientes de Tiwanaku, al sur del Lago, emigraron hacia el norte y formaron el núcleo civilizador que, siglos más tarde, cristalizaría en la cultura incaica, situada a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar.
Aguas tranquilas y transparentes; playas de colores claros; bosquecillos que mueren al borde del agua. Así, el lago Titicaca, está rodeado por las cimas nevadas de Los Andes. Se observan las terrazas de cultivo y las humildes casas de los campesinos. Andes, Altiplano, Bolivia. Uno de los lugares para viajar, más imponentes del mundo.
La isla del Sol no tiene más que 14,3 kilómetros cuadrados: 9,6 de largo y 4,5 en su parte más ancha. La Isla de la Luna es, aún, más pequeña. Pero aún así irradian una energía especial. En la isla del Sol, se encuentran las ruinas de Pilcocaina (Residencia de los pájaros). La tradición cuenta que esta vivienda de época prehispánica era la residencia en la que se alojaba el mismísimo inca cuando se desplazaba hasta la isla.
La isla de la Luna, también llamada isla Koati, en la época del Imperio inca contaba con un templo denominado Iñakuyu o Palacio de las vírgenes de sol, donde habitaban las denominadas vírgenes del sol, en el sitio que era un acllahuasi o casa de las escogidas, se aprendían los variados oficios de las mujeres, sobre todo el tejido, podían llegar a ser las esposas secundarias del Inca. Se dice también que podían ser empleadas para el sacrificio.
Bolivia
2017