MODELO 3D DEL MONUMENTO A LA PATRIA. (MERIDA, YUC)
Esculpido en piedra maciza, el Monumento a la Patria de esta capital es el símbolo más evidente de la mexicanidad del pueblo yucateco, marcado por sus movimientos de lucha contra el centralismo.
Localizado al final del Paseo de Montejo, esta obra del escultor Rómulo Rozo Peña, es también una síntesis en piedra del México precolombino, que lucha por liberarse de la opresión española, que busca en la Reforma su consolidación como país; que vence la opresión del hacendado y que hoy vive en la modernidad.
‘Es un altar a la patria para borrar del espíritu nacional las ideas sobre el separatismo yucateco. La patria es todos y para todos’, expresaba Rozo Peña, citado por el jefe del Departamento de Patrimonio Cultural de la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán, Enrique Martín Briceño.
Perteneciente al movimiento nacionalista mexicano, aunque su autor fuera de origen colombiano, la construcción de este monumento inició en 1945 y concluyó en 1956, proyecto en el que estuvieron involucrados en su diseño los arquitectos Max y Manuel Amábilis.
De forma semicircular, la cara norte del monumento simula el lago de Texcoco en el que es devorada una serpiente por un águila, ambos con motivos mayas, con dos columnas a cada lado en la que guerreros precolombinos dispuestos a luchar por la patria.
En medio de esta cara, se puede apreciar una ceiba, árbol sagrado maya, y en torno a la figura diversos personajes que muestran variados momentos de la historia precolombina, de la conquista y de la colonia.
Un pretil cierra el lago y en él sobresalen 31 pequeñas columnas que corresponden a 29 estados, un territorio –Quintana Roo- y el Distrito Federal- y en los que se pueden ver los escudos respectivos, signo de la concepción de unidad nacional.
En la cara sur, punto final de la avenida Paseo de Montejo –emblema de la bonanza henequenera- destaca la figura de la Patria, una mujer de rasgos y vestimenta mestiza, con finos ornamentos en posición de genuflexión.
El monumento en su regazo guarda una casa de paja, signo de la identidad maya contemporánea, y en su interior brilla una luz, corazón y llama de la patria mexicana, rodeada de diversos símbolos mayas como jaguares, chacmoles, caracoles, crótalos, flora y fauna de la entidad.
Para llegar a ella, se sube una escalinata esculpida en piedra. Los barandales que acompañan el ascenso inicia con dos columnas en los que también se aprecian guerreros mayas, y sobre cada uno de ellos pebeteros que habrían de encenderse en la conmemoración de las fiestas patrias.
A lo largo de esta cara del monumento se narran diversos aspectos de la vida nacional como la dependencia de México y sus personajes emblemáticos; la Reforma de Juárez y la lucha de los Niños Héroes contra la intervención extranjera, sus héroes como Porfirio Díaz que a la larga se convertiría en dictador.
La lucha de Madero, Zapata y Villa para dar fin a este régimen, así como diversos acontecimientos que llevaron a México a un estatus de ‘modernidad’ al inicio de la segunda mitad del siglo XX.
Sobre la Madre Patria es visible un asta bandera en la que de manera permanente ondea la insignia nacional y en determinadas fechas, se colocan otras 31.
El Monumento a la Patria, expuso Martín Briceño, es hoy uno de los principales referentes de la entidad, un símbolo que en su momento permitió la resurrección del llamado neo-indigenismo, dando a la piedra de Ticul –utilizado en la escultura de este monumento- voz, para narrar la grandeza de la historia nacional.
Muchos artistas en su momento criticaron el proyecto y hoy en día la polémica continua, pero ahora no está a discusión la majestuosidad de la obra sino la ausencia en él de personajes como Salvador Alvarado, al que la Iglesia y los conservadores han criticado por permitir el saqueo de la Catedral de Mérida en 1915.
Hay quienes tampoco han visto con buenos ojos que este monumento en honor a la Patria se utilice como un mausoleo, pues en el se depositaron las cenizas de su creador, cuando algunos aseguran es como su nombre lo dice: un Monumento a la Patria.
Lejos de esta polémica, el Monumento a la Patria es hoy punto de encuentro obligado para la sociedad yucateca que goza de los triunfos de la selección nacional de futbol; es paisaje obligado para convencionistas o quinceañeras, principio y fin de actividades deportivas o de encuentros de la sociedad civil.
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