Colonia Caroya conserva una tradición gastronómica en la cual está presente la herencia italiana ligada a la necesidad de supervivencia en el nuevo territorio. Claro ejemplo de ello son los Salames de la Colonia, que se originaron como una forma de conservar la carne y hoy constituyen la carta de presentación de esta bella ciudad que cuenta con importantes atractivos turísticos como la Estancia Jesuítica de Caroya, el Museo de la Friulanidad Casa Copetti, hermosas plazas y un entorno natural propio de las sierras chicas.