Quinta San Pedro Alejandrino
Un viejo candado, o un antiguo carruaje, o a lo mejor, varios instrumentos que alguna vez fueron muy útiles; sea lo que sea, todas esas cosas, son testigos mudos de épocas que hoy son rememoradas, especialmente en Suramérica.
La historia de nuestra querida América Latina está llena de grandes hombres y mujeres que se dejaron su huella. La edificación ubicada en Santa Marta, Colombia, nos permite recordar a uno de ellos, a Simón Bolívar.
Simón Bolívar, venezolano es recordado por su anhelo y deseo de construir una gran confederación de estados independientes. Él llegó a este lugar, a pasar unos días, sin embargo, fue aquí donde murió.
Aunque no planeaba que esta fuera su última morada, aquí falleció el 17 de diciembre de 1830, producto de una muy avanzada tuberculosis.
Bolívar dicto su testamento y su última proclama en la que aboga por la consolidación y unión de los países...
Hoy día, esta lugar se ha convertido en uno de los atractivos más importantes para la ciudad de Santa Marta, y no solamente para Santa si no para Colombia, por ser el sitio donde murió alguien tan importante.
Este lugar está lleno de curiosidades, y de cosas que evocaron su memoria, por ejemplo, este retrato de su madre, María de la Concepción Palacios, o un reloj que fue detenido apenas unos minutos después de su muerte
Bolívar también es recordado por sus frases célebres, una de ellas las dijo precisamente en la quinta: los tres grandes majaderos de la historia somos el Quijote, Cristo y yo porque hemos arado en el mar y edificado en el viento.
Así, en tiempos en los que en Suramérica muchos países celebran doscientos años del llamado grito de independencia y libertad, se recordara aquel hombre que se llamó Simón Bolívar, el libertador...