CORRETEANDO POR LA SENDA DE SAMUEL HD
La senda fluvial del Río Guadamía es una caminata reconfortante de una hora y media en la que recorremos escasos cuatro kilómetros. Resulta apta para toda la familia con un buen número de atractivos patrimoniales y paisajísticos. Se trata de un sendero de aire medieval que conserva la esencia de las antiguas calzadas frecuentadas por viajeros, arrieros, comerciantes o soldados desde tiempos de los romanos.
La senda se integra en la antigua ruta costera o Vía Marítima de Agripa que atravesaba antaño toda la costa cantábrica. El río Guadamía, entra las localidades de Llames de Pría y Cuerres, frontera natural de los municipios de Ribadesella y Llanes, se recorre con agrado sobre los restos de esta calzada (y de las calzadinas o ramales de la misma), atravesando tres puentes de piedra de época remota, modernizados en el medievo, y dejando atrás hasta cuatro molinos de agua de alto interés cultural. El río también es en sí mismo un museo natural al aire libre, tapizado por un bosque de ribera donde predomina la arboleda autóctona y pequeñas cascadas o torrenteras. En nuestro caminar observamos truchas, anguilas, reptiles y anfibios.
Comienzo de la senda: Llames de Pría
Hace falta buen calzado por si hay barro o las piedras mojadas están resbaladizas. La ruta de pequeño recorrido PR-AS-264 (dedicada a su diseñador, ya fallecido, Samuel Cachero), tiene salida y llegada en la plaza de Llames de Pría, junto a su capilla, de donde partimos en dirección Sur, por la carretera que va al hermoso pueblo de Cuerres (aldea por la que discurre el Camino de Santiago). Como a un kilómetro de ir pisando el asfalto, a la derecha sale un ramal señalizado. En poco tiempo cruzamos el río por un puente medieval (de base romana). Subimos una pequeña cuesta al Oeste dejamos el pueblo de Cuerres. Seguimos hacia el Norte pasando por una “saltadera”, cruzamos un prado y seguimos el río Guadamía por su orilla izquierda para llegar al poco tiempo a un antiguo molino. Cruzamos varias veces el cauce fluvial (por pasarelas modernas recién instaladas) y vemos otros dos puentes romanos medio cubiertos por la vegetación, además de viejos molinos de agua y algunos restos empedrados de la calzada romana. Tras algo más de media hora se llega a la playa fluvial de Guadamía, una playa poco común y de gran belleza que discurre entre dos cabos salientes al mar. Desde aquí, por un camino alquitranado podemos regresar a la plaza de Llames de Pría, de donde partimos, en apenas 15 minutos.
Rutas desde la playa de Guadamía
Aunque una vez en la playa merece la pena realizar un par de pequeños recorridos que nos acercan a enclaves únicos para admirar la abrupta costa de esta zona. Por un lado, al oeste de la playa, en el municipio de Ribadesella, podemos acecarnos a los acantilados de Castroarenes donde hay un área recreativa con mesas y parrillas. Seguimos por un rato el camino marcado que sale de la propio área recreativa, al paso nos salen los llamados pozos secos que salpican la zona. Tienen un gran perímetro y las rocas, como almenas puntiagudas, se organizan de forma concéntrica dejando en el centro un negro fondo donde golpean las olas. El mar entra en estos espacios a pesar de que algunos guardan gran distancia con el acantilado. En algunos casos se forman verdaderas piscinas naturales.
La segunda ruta que podemos emprender desde la playa nos lleva un poco hacia el Este, ya en el municipio de Llanes, la pista también continúa hasta estos segundo acantilados una vez dejada a trás la playa. Aquí encontraremos paneles informativos de los afamados bufones o saltos de agua. Si el mar está en calma, los respiraderos de las cavidades subterráneas se limitan a expulsar el aire comprimido en las galerías por los golpes del oleaje. En los días de fuerte marejada, sin embargo, el agua y el aire son expulsados con gran fuerza alcanzado decenas de metros de altura.
Bajo los magnificos acantilados se encuentran estrechas ensenadas con oleajes rompientes. Vemos las paredes rocosas de unos quince metros de altura cayendo en vertical sobre el mar, y a nuestra espalda, tras la amplia rasa donde pastan los caballos, se perfila la cordillera cantábrica.
Cripta de San Antolín en la Catedral de Palencia
La Cripta de San Antolín es uno de los escasos monumentos prerrománicos que quedan en España, por lo que su visita se hace necesaria para cualquier amante del arte medieval.
Debajo de las bóvedas de crucería de la catedral gótica se guarda una de las joyas de la arquitectura altomedieval española: la Cripta de San Antolín, compuesta por dos partes engarzadas. La más antigua es visigótica, del siglo VII y la segunda protorrománica, del siglo XI.
Cuenta la leyenda que el rey Don Sancho, hallándose de caza en la espesura de un bosque, en el lugar donde hoy se extiende la ciudad de Palencia, divisó un jabalí, que en su huida fue a refugiarse en una oquedad del terreno (la cripta de San Antolín, aún en pie hoy bajo la catedral gótica de la ciudad). Adentrándose el rey en la misma, se disponía a lanzar una flecha para matar al animal, cuando su brazo quedó paralizado, comprendiendo el rey que estaba en un lugar santo y que había sido castigado por cometer sacrilegio. El monarca hizo entonces un voto por el que si recuperaba de la repentina parálisis levantaría una catedral en el lugar. Al instante quedó curado. Agradecido el rey Sancho por el milagro, y halladas las reliquias del mártir que habían quedado abandonadas durante la invasión musulmana, se erigió el templo en cumplimiento de la promesa. Debido a esto la catedral palentina está dedicada a san Antolín.
La edificación visigoda, segunda mitad del siglo VII, es consecuencia del traslado de los restos del mártir narbonés San Antolín de Pamiers a Palencia por iniciativa del rey Wamba durante el mandato del obispo Ascario.
Lo que Wamba mandaría construir sería un martyrium o iglesia funeraria para conservar y dignificar las reliquias del santo.
La construcción consiste en un pequeño espacio rectangular con tres arquillos en su cabecera. Hacia los pies, un ligero ensanchamiento a modo de corto transepto, comunica con la obra posterior del siglo XI.
La cubierta es de piedra con losas planas y bóveda de medio cañón. Hay arcos fajones de medio punto y de herradura.
Los tres arquillos de la cabecera son de herradura, y el central se apoya en columnas con basas constituidas por capiteles clásicos invertidos. A su vez, dichas columnas lucen rudos capiteles que vagamente imitan los romanos corintios puesto que llevan unas pequeñas hojas de acanto en su parte inferior más unas esquemáticas volutas por encima, resultando completamente liso y desornamentados el espacio triangular del medio. Uno de ellos cuenta con una especia de cilindros sogueados en su remate superior.
Los dos capiteles se rematan con unos cimacios en tronco de pirámide invertido, con decoración geométrica típica de lo visigodo. El del izquierdo tiene unas estrellas de ocho puntos con los brazos de las diagonales terminados en doble voluta. El cimacio del capitel derecho -siempre desde el punto de vista del observador- está decorado con una serie de róleos muy desgastados.
Arquitectónicamente, este espacio que prolonga el de época visigótica tiene planta rectangular de doble longitud que anchura terminado en un ábside que no llega a semicircular. El abovedamiento es medio cañón que arranca del suelo, cuya fábrica es irregular sillería. Como refuerzo hay arcos fajones. Hay que decir que el suelo actual está algo sobreelevado con respecto al original, lo que acentúa la sensación de espacio angosto y bajo.
Posteriormente, encima de la Cripta de San Antolín se construyó un edificio ya sí románico con funciones de templo catedralicio que se cubriría con techumbre de madera. Dos siglos después se iniciaría la actual iglesia gótica.
En la actualidad, cada 2 de septiembre, día de San Antolín, se abre la cripta para ofrecer el agua de su pozo a los asistentes .
BONILLA DE LA SIERRA.(Ávila).UNO DE LOS PUEBLOS MAS BONITOS DE ESPAÑA.
La localidad abulense de Bonilla de la Sierra, está ubicada en el corazón del Valle del Corneja, entre las sierras de Villanueva y El Mirón por el norte y Villafranca y Santiago por el sur.
Podemos encontrar en Bonilla muestras de las diferentes culturas que han marcado la historia de estas tierras. Entre los pueblos que habitaron esta región en la época anterior a la invasión y conquista romanas (siglos V y IV a.C.) aparecen: vettones, lusitanos y turdetanos. Los vettones se caracterizan por representar el substrato cultural más primitivo, siendo el ganado la base de su sistema productivo.
Hay yacimientos pertenecientes al periodo romano. Caminos y rutas ganaderas entre las que está la calzadilla que parte desde el Puerto de Villatoro y que pasando por el valle se dirigía hacia Bejar dando origen a asentamientos humanos próximos a estos lugares.
Bonilla cuenta con un gran patrimonio cultural heredado de sus antepasados y gracias a que fue alojamiento y visita de reyes, nobles, eclesiásticos y gentes de todo tipo. Llegó a ser la Villa con más relevancia del Valle del Corneja. Hoy en día quedan restos de su gran importancia como la Iglesia de San Martín y las ruinas del Castillo, aparte de alguna vestigie de la antigua muralla que cubría el pueblo.
Las viviendas de la villa, muchas ennoblecidas con escudos nobiliarios, mantienen su carácter castellano de piedra y madera, es más, las nuevas construcciones siguen la misma estela. Mencionar también las distintas fuentes o pozos que dieron su agua a tantas generaciones.
La bellísima Colegiata de San Martín, se acabó de construir en la primera mitad del siglo XV, parece ser que debido a que Juan II, huésped del Obispo de Avila Lope de Barrientos, no pudo celebrar la semana santa en la Villa por tener una pequeña iglesia y no haber capacidad para su séquito y se desplazó a Piedrahita.
Campea en medio de la plaza porticada, en el exterior aparecen grandes contrafuertes prismáticos rematados con pináculos piramidales ornamentados con bolas y con salientes gárgolas, luciendo en los entrepaños gentiles ventanales ajimezados y levantando su cuadrada torre con dos ventanas semicirculares por lado.
En su interior tiene un catálogo de obras de arte de gran belleza, retablos, esculturas, pinturas, cuadros, destacando el retablo gótico de la capilla de los Chaves, el Altar Mayor, con pasajes de la vida de San Martín, algunas piezas fueron expuestas en la exposición de las Edades del Hombre (Catedral de Avila). Una sarga que representa a la Virgen Sentada, con el manto extendido. El púlpito y la pila bautismal en piedra son otras de las joyas.
El origen del Castillo y del recinto amurallado del que forma parte en su extremo Noroeste, se remonta al siglo XII, pero las importantes reformas y labores de mantenimiento se empiezan a realizar cuando la Villa pasa a ser Señorío de los Obispos de Avila, como asi lo demuestran los distintos escudos de sus paredes.
El edificio primitivo data de mediados del siglo XIV, con patio central cuadrado alrededor del cual se distribuyen las estancias, hasta en tres alturas, construidas la mayoría a raíz de la reforma efectuada en el siglo XVI; el porche, la panera formada por tres habitaciones, la torre del homenaje, las caballerizas de ladrillo y adobe, y el llamado 'patio de los conejos'.
Esta fortaleza supone el refuerzo de la defensa de una de las puertas que existían , hoy desaparecida. En su origen, se entraba al castillo, por el lado occidental, protegido por la torre circular de la esquina y la torre del homenaje; más tarde, se abrió otra puerta en el lado Suroeste y un acceso en alto en la torre del homenaje, fuera del recinto.
Se conservan las puertas falsas de arco de medio punto, muy restauradas, que eran utilizadas en caso de peligro. La torre del homenaje, de modestas proporciones, es la parte mejor conservada, con planta baja de cubierta plana con decoración pictórica en las paredes.
Las pinturas de la planta baja se componen de un zócalo en rojo dividido en cuarterones con motivos geométricos y vegetales, a excepción de un caballero con escudo de barras de inspiración múdejar, .........
Hotel Las Sirenas en Segovia
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El Hotel Las Sirenas está situado en una de las zonas más bellas y delicadas de toda Segovia y en pleno centro histórico. La parte posterior del hotel cuenta además con las mejores vistas a la sierra de Guadarrama.
Algunos servicios que ofrece el alojamiento:
- Acceso para minusválidos
- Admiten tarjetas de crédito
- Antena parabólica
- Ascensor
- Calefacción en las habitaciones
- Habitaciones para no fumadores
- Parking
- Sala de reuniones
- Servicio de bar o cafetería
- Servicio de lavanderia
- Teléfono en las habitaciones
- Wi-fi gratuito
SObre Segovia:
Situada a los pies de la sierra de Guadarrama, Segovia es una ciudad que rebosa historia, gastronomía y naturaleza por todos lados.
Segovia es conocida por su Acueducto Romano, que data del siglo I; su Catedral, de estilo gótico tardío; y su Alcázar, ubicado en una zona habitada ya por los celtas. Pero hay mucho más. No puedes perderte las murallas de la ciudad, la Judería, la Casa de la Moneda o sus múltiples iglesias repartidas por todos los rincones.
En Segovia hay que perderse, venir sin una ruta fija y dejar que sean nuestros pies quienes decidan dónde ir. En cualquier momento te tropezarás con construcciones árabes, judías, medievales, romanas, modernas, religiosas, civiles... Y es que Segovia es única y es una de las pocas ciudades europeas que aglutina tal diversidad de estilos.
Pero Segovia tiene muchas más cosas que ofrecer. En sus restaurantes podrás degustar la típica comida castellana, con sus corderos y cochinillos, comida sefardí, romana, vegetariana, internacional, etc.
Y para los más noctámbulos, Segovia ofrece una oferta amplísima de diversión y entretenimiento. Puedes comenzar por un tapeo por la parte antigua y terminar en cualquier local musical o bien dar un paseo por sus calles disfrutando de todos los monumentos iluminados de noche y tomar un café en cualquiera de las terrazas.
Segovia te está esperando. ¿A qué estás esperando tú?
About Hotel Las Sirenas:
Hotel Las Sirenas is located in one of the most beautiful and delicate areas of Segovia, in the very historic center of this city. The back part of the hotel also has the best views of the Sierra de Guadarrama.
About Segovia:
It is located at the foot of the sierra de Guadarrama. Segovia is a city full of history, gastronomy and nature everywhere.
Segovia is known because of its Roman Aqueduct, built in the first century, its Cathedral of late Gothic style, and its Alcazar, located in an area which was inhabited by Celts. But there is much more to see like the walls of the city, the Juderia, the Casa de la Moneda or its multiple churches spread over every corner.
You should get lost for a while this town, without planning anything. Let your feet guide you. In any moment you will find Arabic, Jewish, Roman, Modern or Religious buildings...And that is because Segovia is unique, special... It is one of the European cities with very different architectural styles located in the same city.
But Segovia has more to offer you. Its restaurants will allow you to taste the typical Castilian dishes, with its suckling lamb and its pig, its Sephardic or Roman food, among others.
If you love going out when the sun goes down, Segovia offers you different kinds of entertainment options. You can start with a simple tapeo in the historical centre of the city, ending in some nightclub. You can also have a walk through its streets, enjoying all the illuminated monuments while you have a cup of coffee in one of the outdoor bars of the city.
Segovia is waiting for you, what are you waiting for?
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