Santa Cecilia Acatitlán, Estado de México. Zona Arqueológica.
Acatitlan significa en lengua náhuatl “en el lugar de los carrizos”.
Acatitlan fue un altépetl menor sujeto al huey altépetl de Tenayuca, asiento Real de los chichimecas. Es seguro que su habitantes surgieron de las familias que acompañaron a Xólotl.
Vestigios localizados en el Rancho de la Cañada, sitio cercano a Acatitlan, demostraron que la zona ya había sido ocupada y luego abandonada, quizá, por habitantes de origen teotihuacano. entre los siglos I al IX. En los Anales de Cuauhtitlan se anota que Quetzalcoatl en su viaje al oriente, pasó por Acatitlan. La falta de información documental impidió que se pudiera formar un juicio más certero de los orígenes de Acatitlan en el siglo pasado y a la fecha no se conoce estudios más profundos de la región.
Los primeros reportes de los vestigios se dieron en 1923-1924, pero no fue sino hasta 1961 que, a través de la Dirección de Arqueología se localizó un montículo de piedra y tierra con características semejantes a las de otros centros ceremoniales sujetos a Tenochtitlan.
Las fuentes prehispánicas e históricas no hacen mención de Santa Cecilia Acatitlán, por lo que se cree que el lugar fue abandonado mucho antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI.
Los orígenes de Acatitlán se remontan al año de 1200 d. c., con la llegada de grupos chichimecas provenientes del norte que en su peregrinar, se mezclaron con sobrevivientes de la cultura tolteca adquiriendo conocimientos en astronomía, arquitectura, agricultura, escritura, entre otros.
Los tolteca-chichimecas se asentaron hacia 1180-1200 d. c. en las zonas altas de la Sierra de Guadalupe y el Cerro Tonan. Encabezados por su dirigente Xólotl llegaron hasta las provincias de los actuales estados de Tlaxcala, Puebla, Morelos y Estado de México; extendiendo su dominio por medio de alianzas o de la guerra, con otros pueblos del Valle de México y Texcoco.
Posteriormente, establecieron los reinos de Coatlinchan, Huexotla y Texcoco. Durante ese periodo de expansión, los chichimecas de Xólotl, a través de sus capitanes establecieron el asentamiento de Santa Cecilia, justo en la zona donde la tierra les permitió generar una agricultura de temporal. Además, la cercanía de las riberas del lago les proveía de anfibios y peces, así como aves para su consumo. La explotación de la sal fue otra actividad económica que practicaron.
Actualmente sobrevive un único basamento cuadrangular que, posiblemente, fue una de los principales estructuras del sitio. Está formada por una amplia escalinata con templo en su parte superior. Se piensa que, al igual que en Tenayuca, estaba dedicada al culto de Huitzilopochtli y Tláloc. Se estima que el método de construcción fue el típico de estructuras sucesivas, una encima de otra, y se han detectado por lo menos ocho épocas sucesivas. La pirámide que se aprecia hoy en día es una de las estructuras interiores bastante bien conservada. En la parte superior se encontraba un templo dentro del cual se hacían sacrificios, y se quemaba incienso. El techo era alto e inclinado, de donde sobresalen piedras redondeadas a manera de clavos que simbolizan las estrellas.
El basamento piramidal es una reconstrucción hecha por el arqueólogo Pareyón, tomando como referencia las fuentes indígenas que hablaban sobre los mexicas. Presenta varios cuerpos con una sola escalinata doble marcada en medio y a los lados por alfardas, orientada al poniente.
En la parte superior se reconstruyó un templo, tomando como base las maquetas manufacturadas en barro de la época prehispánica, así como informes y dibujos de conquistadores y cronistas, con techos formados por tableros inclinados, adornados por clavos lisos. En el interior se encuentra una banqueta y la escultura de Chac Mool.
El basamento piramidal con, por lo menos, cuatro épocas constructivas que se aprecian con claridad. Del edificio correspondiente a la última etapa queda poco pues fue desmantelado desde la época colonial, cuando los habitantes del poblado la utilizaron para levantar sus casas y otros edificios. Esto se puede apreciar en algunas casas de los alrededores y en la pequeña iglesia de finales del siglo XVI, situada frente al monumento prehispánico. Lo que queda de aquella última etapa indica que el edificio debió ser de proporciones monumentales. El basamento que ahora se observa prácticamente completo corresponde a la segunda etapa constructiva.
Frente al acceso se colocaba una piedra de sacrificio e incensarios de gran tamaño a los lados. El basamento localizado al norte es el más antiguo, es de menores dimensiones y pertenece a la primera etapa constructiva.