Ribeira Sacra 3/4 - Paseo por el Sil
Monasterio de Snta Cristina y miradores sobre el rio Sil
Although the exact date of its foundation is not known, its existence is documented since the 9th century. In later centuries it was expanded to include the church. In the 16th century, when it was incorporated into the Santo Estevo de Ribas de Sil Monastery as a mere priory, a new cloister and a church tower top were built. It was abandoned following the 1835 Disentailment Act. When the monastic activities ceased, both Santa Cristina and Santo Estevo were devoted to private dwelling use, and even as stables or to store hay.
This ensemble, surrounded by a beautiful oak forest on the banks of the Sil, comprises a monastery and a church. The original monastery building, laid out around a small cloister, was of Romanesque style, in keeping with the aesthetic lines of the Benedictine order. Today, only two wings still remain. One of the points of interest here is the entrance, which is similar to the south part of the Ourense Cathedral. As testimony of its monastic past, we can see the armarium claustri, small spaces where the books the friars read on their walks were stored. It is an austere construction, sparsely decorated but of singular beauty due to its harmony with the woods and the orography of its surroundings.
Construction of the church, of Romanesque style, began in the 12th century and during the 13th century Gothic elements, mainly arches, were introduced. It has a Latin Cross design, divided into five sections. Its structure displays the elegance and verticality typical of the buildings of the Cistercian Order. The façade is outstanding due to its entrance with three arches, supported by pairs of columns with decorated capitals. The upper part has a large Romanesque rose window. Its high tower, a privileged viewpoint over the River Sil, is topped by a pyramid shape, which is quite unusual.
Inside there are fresco paintings, a main altar decorated with geometric motifs, Baroque altarpieces and, most importantly, an image of Saint Peter created by the artist Juan de Angés in the late 16th century.
ESPAÑOL
Se desconoce la fecha exacta de su fundación, pero su existencia está documentada desde el siglo IX. En siglos posteriores se amplió con la iglesia. En el siglo XVI, época en la que fue incorporada al Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil como simple priorato, se construyó un nuevo claustro y un remate para la torre de la iglesia. La Desamortización de 1835 lo sumió en un tiempo de abandono. Como resultado del fin de las actividades monásticas, tanto Santa Cristina como Santo Estevo pasaron a utilizarse como viviendas particulares, e incluso como cuadras y pajares.
Este conjunto, situado en el hermoso entorno de un bosque de robles a orillas del Sil, se compone de monasterio e iglesia. El edificio original del monasterio, dispuesto en torno a un pequeño claustro, era de estilo Románico, siguiendo las pautas estéticas de la orden benedictina. De aquella construcción hoy sólo se conservan dos alas. Uno de los puntos en los que nos fijaremos es la portada, similar a la parte sur de la Catedral de Ourense. Como testimonio de su pasado monástico, podremos ver los armarium claustri, unas pequeños espacios donde se dejaban los libros leídos por los frailes en sus paseos. Se trata de una obra austera, parca en su ornamentación, pero de singular belleza por su armonización con los bosques y la orografía del entorno en la que se levanta.
La iglesia es románica y se comenzó a construir en el siglo XII. Durante el siglo XIII se introdujeron elementos góticos, fundamentalmente arcos. La planta es de cruz latina, dividida en cinco espacios. En su estructura se puede apreciar la elegancia y verticalidad propia de las construcciones de la Orden del Císter. La fachada destaca por su entrada bajo tres arcos, apoyados en pares de columnas de capiteles decorados. En la parte superior se inscribe un rosetón románico de amplias dimensiones. La alta torre, atalaya privilegiada sobre el curso del Sil, está rematada en forma de pirámide, algo poco usual.
En el interior se conservan pinturas al fresco, un altar mayor con motivos geométricos, retablos barrocos y, sobre todo, una imagen de San Pedro realizada por el artista Juan de Angés a finales del siglo XVI. En las paredes de la sacristía se pueden ver pintados los escudos de la Orden de Calatrava y de San Esteban.